Exactamente cuando estaba entrando a mi joven adultez. En una de las transiciones importantes de la vida, precisamente entre esos cambios inevitables que la vida te presenta y que tienes que atravesar si no pues sencillamente dejas de ser. Un duro golpe tuve que enfrentar, perder a una persona que sin saberlo en su momento es una persona importantísima en mi vida, aun cuando ya no esté en el aparente panorama que es mi vida ahora; exactamente eso, una apariencia. Porque en realidad no soy nada, mi vida se convirtió en una fantasía, decidí esconderme de ella para no ser dañado de nuevo, no quiero, me rehúso a exponerme a la porquería que es este mundo a la mierda que nos rodea, lo admito, tengo miedo, miedo que me hagan daño y terminen de escoñetar el único músculo que no me puedo proteger (no, no es mi pene): el corazón. Si que mariquera, cuánta sensibilidad de mierda pero así soy, un tipo sensible que tiene miedo ser escopetado por alguien en quién posiblemente pueda confiar en un futuro, me aterra, y creo que hay algo de cierto valor en admitirte a ti, un total desconocido, que estoy totalmente cagado de afrontar mis miedos, por eso, como he podido mencionar antes mi vida no es más que una programación de 19 hora de televisión, Internet, música y fiestas… mierda. Ya entiendo cuando dicen que el amor es peligroso, que no siempre trata de la parte linda... mierda.
