11 jun 2009

Uno así...


Cuando las fronteras de los cuerpos no importa, la distancia es solo cuestión de la física, a tan sólo 2mm de tus labios, que poco a poco se ponen cada vez más rojos y húmedos, no es necesario que los toque con los míos, el corazón se acelera más de lo que debería, “¿porqué siento esto?” No me importa, lo siento. No es solamente el corazón lo que se acelera, de pronto mi espíritu se ensancha y ya no quepo más en mí y decido salir para observar lo que aún no pasa, aún no pasa porque aún no he tenido tiempo de rozar mi nariz con la tuya, apenas el jugueteo comienza, nariz con nariz, chocan entre ellas, ocasionando un aumento de respiración y movimientos corporales que no entiendo, se apretujándonos los cuerpos y todo parece estar más húmedo, sudoroso, rico, no hay en realidad palabras que lo describan, crees que has llegado pero apenas está empezando, porque aun no ha empezado, empiezan los labios superiores a encontrarse y “rayos” es la sensación que no se pude describir ¿es así que se siente el amor?, no es solo la sensación de demostrar el afecto por alguien más, es algo más, algo más que no se explicar, solo se vive con los ojos cerrados, las bocas están totalmente juntas, rozan nuestros labios, muy suavecito en un vaivén de emociones que de pronto se convierte en una cacería violenta digno de un documental de National Geographic en el que aparecen dientes, mordidas, lenguas retozando, saliva, todo se vuelve sucio y tierno a la vez, hay sangre, te digo que lo siento pero por dentro queriéndolo repetir de nuevo, te lo compenso con otro tierno beso y se repite la historia sin parar una y otra vez hasta que amanece y el tiempo ha pasado sin darnos cuenta, esos labios son una máquina del tiempo, viajo en él sin caer en cuenta que en él sigo, eres indescriptible. Eres la descripción de hogar en mi diccionario, soy tan cursi que me haces desagradarme a mi mismo por ser tan idiota y estar tan enamorado de ti, pero a la vez, me haces sentir esta felicidad que me haces saber que no hay nadie mejor en el mundo, no quisiera estar en ningún otro lugar mas que aquí y ahora, besándote, haciéndote suspirar y gemir con tan solo sostener tu cabeza entre mis manos y besarte las mejillas, tu boca, tus ojos, tu frente, tus orejas, tu cuello, como si el mundo se fuera acabar, como si el mundo estuviera detenido, pero de pronto caigo en cuenta que eso fue hace muchísimo más de un año atrás, de pronto caigo en cuenta que ya no beso tus labios sino el pico de una botella de cerveza, vino, ron, tequila, vodka, lo que sea, acaricio su cuerpo cuadrado, cilíndrico, de vidrio y/o metal, frío y duro, aun añorándote. “Patético” es la primera palabra que viene a mi cabeza; caigo en cuenta de mi entorno, me despierto y estoy rodeado de humo, vicios, tipos, putas, risas, tormento, ruido, todo va rápido y confuso, lo que suena en el fondo a todo volumen… ¿acaso eso es música? “Mierda”, por ser una maldita imperfección de ser humano te perdí, y perdí eso, te perdí a ti, perdí el amor y dejé de ser. Me perdí. Decido pasar horas sentado frente a este maldito televisor viendo películas que predican el amor a pesar de “imposibles” situaciones, y yo maldiciendo y gritando que “eso es pura paja” decido llorar impotente porque estoy resignado a que no serás mía, resignado a que ya dejé de ser yo, resignado a que te amo, resignado a que tendré que cargar esto conmigo de por vida, sentirlo y tenerlo a cuestas ahogándome en una botella, discutiendo con el fondo de ella, total, es mi nueva compañera, ya que tu no estás a otra tuve que encontrar, tus besos ya no están, ahora beso la botella que da paz a mi calamidad… mierda.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Detrás de todo gran amor la nada acecha"

Oscar Hahn.

(Saludos, Arelys.)